viernes, 6 de marzo de 2015

Erasmus Rotterdam 2014/2015



Sin duda alguna, una de las mejores experiencias que puedes vivir durante tus estudios, es la de irte de Erasmus, pasar una temporada en otro país mediante una beca Erasmus. Sirve para aprender, sobre todo de la vida, y por supuesto también para divertirte. A muchos les cambia la vida, y yo no soy una excepción. Si por un casual estás planteándote largarte de Erasmus, lee mi historia, te aseguro que al acabarla lo tendrás muy claro.
En mi caso, corría el año 2014 cuando de repente llegó a mis oídos gente de mi misma clase que había solicitado Erasmus. En un principio pasé del tema, más por conformismo que por otra cosa, por comodidad. Pero pasado un tiempo, miles de preguntas inundaron mi cabeza: ¿Por qué iba a dejar pasar la oportunidad que podría cambiar mi vida en un futuro? ¿Por qué yo, que estaba cansado de una rutina que no me llevaba a nada, no iba a ni tan siquiera  intentarlo?  Me apetecía un cambio, y era mayor el precio por no intentarlo que lo que podía perder si  no lo hacía, así como que  de todas las opciones que barajaba, el Erasmus me pareció la más oportuna, y sin duda estaba en lo cierto, por lo que finalmente realmente motivado y a modo de reto personal  decidí solicitarlo.
El primer mes fue caótico. La barrera del idioma parecía algo insalvable, pero eso daba igual, ya que intentábamos descubrir la ciudad en nuestros ratos libres (me llevé una grata sorpresa al descubrir lo multicultural que era Rotterdam así como su espectacular arquitectura moderna), mientras buscábamos piso para compartir. La primera semana fue toda una toma de contacto con el mundo exterior, lejos de nuestro hogar, fuera de España. Comenzamos viviendo en un hostal de aquellos que en las habitaciones  hay más literas por metro cuadrado que espacio habitable, aunque por otro lado era todo un ‘caldo de cultivo’ con gente de todos los lugares del mapa y donde era fácil establecer una conversación en cualquier momento. Además una de las personas que trabajaba en el hostal era español y es cuando te das cuenta que después de todo no eres el único que está en esa situación, que no estás solo en esto, que aquellos programas que antes veía en la televisión del tipo ‘Madrileños por el mundo’, o ‘Españoles por el mundo’, ya no quedaba tan lejano. Ahora yo formaba parte de ello y perfectamente podría participar en uno de ellos. Pese a las dificultades de vivir allí, ya que toda la gente iba y venía porque todos estaban de paso y de vacaciones salvo alguna excepción así como el vivir de esa forma, fue una semana tan difícil como enriquecedora.

 Ahora bien, estaba claro que no era nuestro lugar ideal para vivir el resto de la estancia, ya que nosotros necesitábamos otro lugar más tranquilo y propicio para establecer una rutina y cumplir unos horarios sin depender de factores externos, por lo que finalmente tras muchos intentos fallidos, pues era difícil y si no demasiado caro, nos hicimos con un piso de lujo en el centro por un muy buen precio. 

Vivíamos en la típica casita belga, de tres alturas sin ascensor y con unas escaleras tan empinadas como peligrosas, ahora bien, por dentro era todo un lujo y teníamos hasta servicio de habitaciones una vez a la semana. ¿Qué más podíamos pedir?

A partir de este hecho y una vez instalados en el que iba a ser nuestro hogar hasta el final de nuestra estancia, comenzaba otra etapa, la que por la cual estábamos allí, que no era otra que la de realizar nuestras prácticas en una empresa del lugar.

La presentación en la empresa distaba mucho de lo que estaba por venir, pues  se dio una imagen que nada tendría que ver con lo después yo haría allí. No puedo olvidarme de que la presentación se realizó mediante nuestro coordinador allí, que fue todo un lujo poder contar con él, porque era una persona muy agradable y cumplidora desde la recepción en el aeropuerto hasta el final de nuestra estancia.

Mi experiencia en la empresa no fue del todo buena, pues el primer mes intenté cambiar mi situación por todos los medios, e incluso se barajó la opción de irme a otra empresa la cual era inmejorable. Aunque finalmente tras varios intentos fallidos no me quedó más remedio que adaptarme y trabajar sin parar, pues me lo tome como un reto personal sabiendo que al terminar mis prácticas tendría mi recompensa y me abriría puertas en el futuro, siendo también consciente que no podía perder la oportunidad y volverme a España a las primeras de cambio. Así que entre semana era realmente una odisea y resultaba agotador, pero lo combinaba con los fines de semana para salir con mi compañero de piso y levantarme el ánimo. En mi opinión es imprescindible tener un compañero, pues una de las cosas más increíbles de la experiencia Erasmus es que viven con ellos 24 horas al día, duermen, hacen la compra, viajan, y se convierten en verdaderos confidentes, y que de ir solo seguramente te derrumbarías más fácilmente sin nadie para apoyarte y desahogarte. 

Y así se desarrolló el resto de la estancia, hasta que a falta de dos semanas para finalizar durante un fin de semana tuve el placer de poder disfrutar de la visita de cuatro amigos míos de España,  ya que les dije que podía venir cualquiera, pues la casa era realmente grande y no era ningún problema. Ese fin de semana fue el mejor sin duda, no paramos en ningún momento e incluso acabamos yendo a Ámsterdam. Cuando finalmente se fueron, esas dos últimas semanas se me hicieron eternas, pues con su marcha sentí que me faltaba algo, vacío por dentro, después de tenerlos por casa y que hubiera tanta vida en ella, fue cuando realmente eché de menos España y estaba deseando volver sabiendo lo que tenía allí.

Finalmente llegamos hasta el final de nuestra estancia allí con nuestro objetivo cumplido, las prácticas terminadas y realizadas con éxito. Así que nos dirigimos al aeropuerto con nuestro billete de vuelta, destino hogar, dulce hogar.

A continuación intentaré dar las claves de la experiencia Erasmus de una manera más sintetizada y con una visión más genérica con vistas a futuros estudiantes Erasmus:
Erasmus es experiencia porque es un corto pero intenso periodo en el que, además de que probablemente será el mejor de tu vida, aprenderás mucho sobre demasiadas cosas, no las olvidarás jamás, te hará crecer como persona, te conocerás a ti mismo, empezarás a ver el mundo desde otro punto de vista y hará cambiar tu vida.
Durante tu Erasmus convives, viajas, conoces a muchísima gente, haces amigos que durarán para siempre, vas  muchas fiestas, ligas bastante más que en tu ciudad y sobre todo, aprendes bien el idioma en poco tiempo.
Erasmus normalmente es ante todo amistad. Se desarrollan unos lazos de amistad muy fuertes en muy poco tiempo, debido a que todos llegamos solos a un país completamente extraño y donde no están nuestros principales pilares de apoyo: nuestra familia y nuestros amigos. Todo se vive muy intensamente. Y los primeros pasos son los más duros. Se echa muchísimo de menos todo y se valora muchísimo cuando amigos y familiares tuyos van a visitarte. 

Erasmus es sobrevivir porque eres tú el responsable de hacer todo (al igual que si te vas a vivir a otra casa distinta a la de tus padres debido a un motivo x), aprendes a administrarte, a llevar una casa, a convivir con personas diferentes a ti y tú eres el dueño de tus decisiones y horarios. Muchas personas nos damos cuenta que empezamos Erasmus siendo unos adolescentes y terminados siendo adultos. Digo adultos, porque después de unos meses tan intensos y de independencia, tenemos una idea mucho más clara y concreta de qué queremos hacer con nuestra vida.

No me importa reconocer que yo he aprendido a valorar y querer a mi país estando fuera. A ser consciente de lo que de verdad importa y de lo que no importa tanto, a relativizar las cosas, a ver todo desde un punto de vista mucho más amplio. Tus sentimientos hacia tu familia y amigos se multiplican. Te das cuenta de que ellos te necesitan igual o más que tú a ellos. Pero soy consciente de las salidas profesionales que existen y de la situación actual del país. 

Haber sido Erasmus puede significar:

Título de estudios en el extranjero, conocimiento perfecto de otro idioma (aparte del tuyo materno) hablado y escrito, capacidad de viajar, estudiar y trabajar en cualquier país/ciudad, tener visión general y mentalidad abierta, ser sociable, independiente, responsable, organizado, positivo, trabajador, tener curiosidad por lo desconocido, capacidad de adaptación, capacidad emprendedora, tener personalidad, flexibilidad y un montón de aptitudes que cada vez más empresas en nuestro país están teniendo en cuenta y cada año se están interesando más por nosotros y están empezando a hacer ofertas de trabajo exclusivas para las personas que hayan pertenecido al programa Erasmus.

Lo mejor de Erasmus
-Esa sensación de libertad. Posiblemente sea la primera “independencia” de muchos.
-Tu familia Erasmus. La cantidad de amigos nuevos que tienes repartidos por el mundo.
-La seguridad que te da el saber que has superado con éxito todos los retos que  supone vivir en un país extranjero.
-La cantidad de viajes hechos y lugares conocidos.
-El conocimiento de un idioma
-Y en el fondo… la madurez que adquieres.


Lo peor del Erasmus
-Darte cuenta de que se acaba y que tienes que volver a tu vida normal, la rutina.
-La famosa depresión posterasmus
-La cuantía de la beca, totalmente irrisoria
Si has llegado hasta aquí y por un casual aún sigues planteándote irte de Erasmus, ten claro esto. No dejes que nada ni nadie te impida irte, pues puede que sea una de las oportunidades que más lamentarás a lo largo de tu vida, el no haber disfrutado de una experiencia tan maravillosa como la que es esta.

Carlos del Pino



CURSO 2014-15 Mi estancia en Rotterdam. Holanda. Por Kevin Cuñas.




Si mi memoria y el paso del tiempo, cosas que son traicioneras, no me fallan, aquí va mi experiencia, tanto laboral como personal. El día anterior empezó el agobio, estaba con mi novia y mi madre preparando mi maleta, me había despedido de mis colegas, de mis amigos, de mi gente, profesores, compañeros de agrupaciones musicales, exactamente un coro y mi banda de rock and roll. Me daba pena alejarme de ellos, pero era algo más que necesario, de todas maneras, tienes dos opciones a la hora de hacer esto, una oportunidad como esta requiere mucho sacrificio, sobretodo el sentimental si estás muy apegado a tu familia y amigos solo existen dos opciones, echarle pelotas y hacerlo o no hacerlo, yo opté por la primera, y decidí hacerlo, pero no tenía claro ni mentalizado todavía el hecho de saber que iba a haber ese pequeño sacrificio.

Todo empezó un dos de octubre, en el momento en el que Carlos y yo cogimos el avión a las 10:15 de la mañana, la verdad es que en un principio fuimos por separado pero en el mismo avión. Llegamos a Rotterdam a eso de las 12:15 (según mi billete de avión, no recuerdo la hora exacta de la llegada) del medio día, (fin de la jornada laboral mañanera allá) y nada más salir nos esperaba Giovanni con un cartel en un trozo de cartón el cual ponía "PABLO NERUDA" y, me da lástima decirlo, pero el pobre tenía cara de un bulldog, sí, una cara demasiado larga hasta que nos vio, momento en el que se le iluminó la cara y empezó a sonreír, cosa con la cuál nuestra llegada se hizo más amena, nos ayudó y nos llevó e coche hasta el hostal donde el cual nos hospedábamos a falta de apartamento o habitación.


Nada más llegar tuvimos que usar el inglés, teníamos una corazonada acerca de que Giovanni iba a saber algo de Español, pero resultaba que no, así que tuvimos que hablar inglés desde que llegamos allí. Personalmente yo pensaba que iba bien, y sinceramente, en mi humilde opinión, con mi escaso nivel de inglés pude defenderme, no es que fuera con un B2, es más, yo acabé el grado medio y con ese inglés fue con lo que pude defenderme. Aprendí mucho, pero a veces mi gramática era muy limitada. A veces era algo frustrante, pero poco a poco fui aprendiendo más y más, al final acabé hablando inglés por los codos.

Giovanni resultó ser un hombre muy encantador, desde el principio siempre había un tema de conversación interesante, como la música, le gustaba el rock, o sus hijos, que resultaba que su hijo menor se llamaba igual que el batería de Metallica. Siempre predispuesto a prestarnos ayuda siempre que nos hacía falta, o haciendo de traductor de holandés. Era agradable verlo con su mochila, era una de estas personas las cuales no puedes evitar adorar, era mono, mono de abrazarlo, de darle un beso en la frente.
Muchas veces pienso que debíamos habérnoslo llevado de fiesta, seguro que de fiesta sería un personaje de mucho cuidado. 

La empresa la cual yo trabajé, Ibérica La Española, fue una agradable estancia, tanto en lo personal como en lo laboral, mi jefe Jörn medio noruego, y orgulloso de ello, y medio holandés, resultó ser una gran persona, admiré su dominio del Español, Noruego, Alemán, Holandés, e inglés que tenía para hablar, a veces comportándose conmigo casi como un padre, como si fuera alguien más de su familia, persona del cual aprendí mucho, un líder nato, una persona que siempre estaba haciendo algo, no era el típico jefe que te manda hacer algo y mientras el jefe está sentado comiendo, bebiendo o fumando, frente a su ordenador, él también hacía cosas, y yo con él, aprendiendo de su iniciativa, de su carácter controlador obsesivo, pero si no tienes esa actitud frente a una empresa, esta irá a la quiebra, aprendiendo a ver cómo se comporta una persona trabajadora, una persona que se había deslomado para llegar donde él quiso llegar, admiro a ese hombre, me pegó su manera de ser, una persona incapaz de estar quieta, siempre pensando el siguiente paso, y actuando en ocasiones él mismo frente a ese paso.
Mi jefa, Montse, era una catalana, que vivía en Holanda desde que tenía 14 años, más holandesa que catalana para ser exactos, una mujer encantadora, con una forma de ser muy alegre, agradable, y divertida, me gustaba mucho hacerla reír contándola mis anécdotas familiares, sabiendo unas complicaciones en cuanto a enfermedades muy fuertes que pasó, esa mujer era muy alegre, y la admiro por ello, sabía tratar a los clientes, y estos, la querían, era una mujer muy querida por las demás personas, me sorprendió su manera de conservarse, siendo una sexagenaria parecía una mujer madura de unos cuarenta y tantos años. También dominaba no sé cuantos idiomas, portugués, inglés, holandés, catalán, castellano, no recuerdo exactamente si sabía noruego, pero seguro que sabía, un dialecto ruso si no me equivoco también sabía, y alemán creo que también, una mujer que a veces también me trataba como una madre, incluso me daba comida para que comiera los fines de semana, jamón, chorizo, salchichón, unas latas de fabada, y tinto de verano, la adoraba por ello. Me encanta la comida.

El trabajo era un no parar continuo, siempre tenías que estar haciendo algo o buscar algo que hacer, allí aprendí o mejor dicho, puse en práctica el tema de la puntualidad más puntual que existe, al principio siempre era llegar 15 minutos antes de la hora de entrar al trabajo, a veces llegando incluso antes que el jefe llegara, a las 9 exactamente entraba, luego me permití el lujo de llegar algo más puntual, a veces menos 10, en alguna ocasión llegando lo más tarde como a las 9 exactamente, pero normalmente llegaba temprano, tiraba el agua de los refrigeradores, me tomaba un café y me ponía a hacer algo, llenar botellas de vino, cortar embutido para los clientes, aunque me parece que eso no entraba en mi programa de aprendizaje, aprendí a usar esas máquinas tan chulas de las charcuterías, colocar los productos del almacén en la tienda, hacer pedidos, ponerme con el ordenador a hacer pedidos, limpiar la tienda, aconsejar a los demás clientes sobre jamones, vinos, normalmente en cuanto al jamón me gustaba colocar el segundo más caro de la tienda, un gran reserva deshuesado que teníamos, pero es que personalmente, era el que más me gustaba, incluso más que el pata negra, limpiar el almacén, no se me caían las manos en ese aspecto, si quería aprobar, tenía que hacer todo para aprobar, a veces incluso mi jefe no quería que hiciese algunas cosas porque mi salud estaba en peligro, como las máquinas esas de charcutería, pero yo aún así lo hacía, era entretenido, me lo pasaba bien con mis compañeras de trabajo, medio españolas, y medio holandesas, había una, Arantxa, estaba como una cabra, pero eso me parecía increíble, porque yo también lo estaba, entonces la risa era continua, Natali era más tranquila, pero aún así me lo pasaba también bien con ella, normalmente se reía de mi actitud de niño a la hora de decirla algo.

A la hora de mi estancia, Halloween era impresionante, no es como en España, allí quien va disfrazado por lo general es el que se va de fiesta, y las fiestas, las fiestas es algo más tirando a bar, cerveceo y amigos, los bares están abiertos hasta bien tarde, las fiestas de discoteca son un desparrame total, estaban bien, pero para irse de fiesta a lo spanish, debías tener dinero, y para ir de fiesta a lo holandés, también, el SinterKlass, es como los reyes magos sólo que ellos lo celebran el 5 de Diciembre, y está San Nicolás, que va desde España hasta Holanda a dar regalos a los niños, o como lo denominan allí "SinterKlass" acompañado de su fiel ayudante "Zwarte Pete" un negro ayudante que tiene, eso sí, todos los niños quieren al negro, y yo obviamente me denomino fan suyo, en este festejo es una ternura completa ver a los niños disfrazados de este negro, muy bonito día, en el cual mi jefe me regaló un bizcocho típico de allí, y las navidades, allí no tienen demasiados días festivos, así que si quieres hacer algo, es mejor que lo hagas los fines de semana, me sorprendió la cultura, el apoyo y el protagonismo que tiene la música y la cultura, es importante para ellos, Rotterdam huele a jazz, la manera de ser de los holandeses, tan honrados y buena gente hace que la gente que conozco deje un poco de desear, como se dice, hay de todo en todo lugar, pero por lo general son buena gente. La primera semana conocí un alemán que hablaba mejor español que yo mismo, allí en Holanda te puedes encontrar todo lo que te gustaría encontrarte. El día a día se hace interesante, llega un momento en el cual te sientes demasiado maduro en tu vida.

Me costó irme de allí, un lugar el cual tuve una de las etapas más bonitas de mi vida, dónde aprendí a estar más en contacto conmigo mismo, pero tampoco todo fue bonito, es más, para quien lea esto, que sepa que cuando volví a España corté con mi novia, la distancia nos llevó a hacerlo debido a discusiones, eché de menos a mis padres y amigos, pero lo que gané compensaba todo, llegué a convertirme en la mano derecha de mi jefe, llegué a conocer mucha gente, aprendí a hacer muchas cosas, llegué lejos en cuanto a lo que se denomina madurez,  reflexioné mucho más,  llegué a ser más responsable, verte solo frente al mundo es una experiencia que te hacer ver la vida de otro modo, tener que buscarte la vida, sustituir el gimnasio por la calle, y tener que salir a correr con tus zapatillas, dejar de fumar porque el dinero es lo importante, fumando sólo en ocasiones de fiesta, aprendes más de lo que esperas, aprendes más que un idioma, en mi caso, aprendí mucho inglés, y también aprendí holandés, aprendes más que en la escuela, aprendes a ser una persona madura, aprendes a ser tu contra el mundo, aprendes a ser más fuerte, tanto física como emocional, aprendí a que la vida es dura, y no tuve otra opción que echarle huevos, ser maduro, tener cabeza, y comportarme como se dice popularmente "como un hombre" aunque yo prefiero decir, como una persona que no tiene miedo. Después de esta experiencia, yo volvería a repetirlo una y otra vez, a pesar de mis discusiones vía whatsapp con mi ex novia, o la nostalgia de echar de menos a tu gente, por volver a ver a esa gente, volvería a hacerlo, y revivir de nuevo todo aquello que aprendí.